HISTORIA DE LA TELEGRAFIA

HISTORIA

Es bien cierto que desde los inicios de la Historia, el ser humano se ha servido de medios ópticos para transmitir mensajes a gran velocidad. Ya en "La Orestíada", Esquilo narra cómo Agamenón envía noticias a los palacios del Átrida mediante hogueras durante la Guerra de Troya. A finales del siglo XIV, Pedro IV de Aragón usa un sistema de ahumadas para comunicar movimientos de flotas o ejércitos enemigos a sus propias tropas, y Enrique III de Castilla envía un mensaje desde Toro a Segovia para anunciar el nacimiento de su heredero. Además, son de sobra conocidos los sistemas de señales de humo utilizados por algunas tribus de amerindios. No obstante, estos sistemas de comunicación visual no pueden considerarse técnicamente como telegrafía óptica por no conformar un sistema unificado con unas reglas homogéneas y regularizadas. Esto empezó a ser una realidad a finales del siglo XVII

Inicios

Ya en 1684 Robert Hooke presenta ante la Royal Society un sistema de telegrafía que no tiene demasiada acogida.

Durante el siglo XVIII sobreviene una serie de avances sociales, políticos, científicos y tecnológicos que confluirán en las condiciones idóneas para el desarrollo de la telegrafía.

En concreto, la mejora de las ópticas permitió construir utensilios para mejorar la visión a grandes distancias, lo que permitía alargar los espacios entre cada estación telegráfica y la siguiente, lo que hacía más económico el tendido de las redes. Las nuevas lentes acromáticas (que no presentaban aberración cromática) alcanzaban una precisión mucho mayor y su técnica de construcción permitía hacerlas mayores y con más potencia de aumento.

Además, durante la citada centuria se establece el pensamiento ilustrado en toda Europa, que hace que desde las cúpulas de poder se impulse de manera decisiva todo avance científico-tecnológico.

Así, Francia es el primero de los reinos europeos que se interesa seriamente por la telegrafía. El clima de inestabilidad reinante a finales del siglo XVIII hace que desde la corona se financie un sistema de comunicaciones rápido y eficaz que permita mejorar el control del territorio y mantener el orden. En 1792, ya en plena I República, se da luz verde al proyecto de construcción de Claude Chappe y con la colaboración de su hermano Ignace Chappe para la primera red de telegrafía.

En 1794 se transmite el primer telegrama de la Historia desde Lille a París, a lo largo de 230 kilómetros y 22 torres. El éxito de esta primera prueba es el espaldarazo definitivo a la telegrafía que en Francia llegará a tener en toda su red, una extensión de casi 5.000 kilómetros.

Antes incluso del éxito de Chappe, los informes de este avance tecnológico son difundidos por los servicios de información y espionaje y numerosos países europeos se apremian a construir sus redes telegráficas. El segundo en hacerlo es Suecia, casi a la par que Hungría.España, el Reino Unido y Alemania tampoco tardan en dotarse de este sistema de comunicación. En Estados Unidos se comienza a principios del siglo XIX una red de telegrafía en la costa Este, aunque no llegará a tener relevancia ya que nunca llegará a abarcar una parte apreciable de su territorio.

La telegrafía óptica en España

A España llegan las primeras noticias a cargo de La Gaceta de Madrid, que en su número del 14 de octubre de 1794 publica los resultados de las pruebas de Chappe. Igualmente, el 4 de noviembre se da cuenta de las pruebas realizadas por el equipo del profesor del Real Observatorio de Madrid, don Salvador Ximénez Colorado en las que se corroboraron los excelentes resultados obtenidos con lentes acromáticas.

 

En 1799 se presentan ante Carlos IV varias propuestas de modelos de telégrafo. De todas ellas, cabe destacar la de Josef Fornell, consistente en 11 bolas de día o faroles de noche que conformarían los diferentes símbolos. Se encomendó el estudio detallado de esta propuesta a Agustín de Betancourt y Molina, que la desestimó por considerarla demasiado compleja y propensa a fallos mecánicos. Poco después, el propio Agustín de Betancourt, que gracias a sus viajes de estudios conocía los sistemas francés (Chappe) y británico (Murray), y sus defectos y carencias, diseñaría un sistema que superaba al sistema de Claude Chappe en velocidad, seguridad, fiabilidad y facilidad de lectura y manejo. Merece la pena reseñar que este sistema fue presentado ante la Academia de Ciencias del Instituto de Francia, la cual, reunida en comisión, estudió el modelo de Betancourt y emitió un juicio muy favorable, si bien se encontró con la (¿lógica?) oposición del Director de Telégrafos francés, el propio Chappe.

QSO DESDE EL COMIENZO HASTA EL FINAL

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OTRA MODALIDAD DE APRENDER TELEGRAFIA

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